Este reportaje pretende ser un viaje sensorial para llegar a entender que supone no poder oír o hacerlo mediante los audífonos como Andrea, es hipoacústica, oye a través de los audífonos que le amplifican los sonidos. Cuando se los quita su mundo se convierte en una escala de grises. Aida practica yoga casi cada día pese a no tener los nervios auditivos que nos permiten oír y mantener el equilibrio. Le quitaron ambos tras cumplir los 18, después de diagnosticarle una neurofibromatosis tipo II.
Un reportaje de
Maria d’Oultremont
Un especial agradecimiento a
Andrea y Aida