Conocidos como Centros Residenciales de Acción Educativa, los CRAE son alojamientos a menores de edad que, por cuestiones económicas o por protección del menor, no viven con sus padres o familiares. En un mismo centro pueden convivir infantes y jóvenes de diversas edades con necesidades y realidad muy dispares. Proponemos generar un debate sobre la interacción de los residentes con el espacio en el que viven teniendo en cuenta sus dinámicas de trabajo y ocio.
«Necesitamos colores para la vida»
Residente del CRAE, 10 años
En otras acciones, la Asociación Intress da cobijo a diferentes Centros Residenciales de Atención Educativca (CRAE) para infantes y jóvenes de entre 3 y 17 años especialmente vulnerables. Dentro de estos centros se promueven los vínculos saludables con los residentes que, en muchos casos, han sido víctimas de maltratos en su contexto familiar.
Dada la confidencialidad para la protección de los menores, los estudiantes de diseño de interiores de la escuela ESDAP Catalunya del Campus Deià y los jóvenes residentes desarrollarán este proyecto de forma participativa y telemática, vehiculado por las educadoras del centro y la tutoría de Amaya Martínez, profesora del grado de diseño de interiores de ESDAP Campus Deià, arquitecta y fundadora de Encajes de Arquitectura.
La relación entre infantes en situación de vulnerabilidad y estudiantes de espacios tiene que fortalecer y estrechar los vínculos desde el principio, así pues, podrán compartir pensamientos y propuestas de diseño que hagan del centro un hogar para los residentes. Es por eso que las primeras situaciones se centran en el juego, en conocerse y descubrir las carencias que los infantes detectan en el espacio.
Llegados a un punto de confianza y comodidad, las estudiantes empiezan a proponer rediseños sobre las salas comunes. La decisión pasa por remodelar la distribución de los elementos, un cambio de colores y adición de elementos útiles que permiten hacer el espació más habitable e interactivo. Después de una muestra de propuestas, los infantes deciden la propuesta con más poder de adaptabilidad y satisfacción de las necesidades. Durante las dos últimas sesiones las estudiantes aplican los diseños en dos espacios. Esta intervención implica que hagan realidad, por primera vez durante los años académicos, que un diseño se aplique de forma real. Con el añadido que tienen contacto con los materiales y el montaje de forma activa. El resultado es sorpresa para los usuarios de CRAE, que se emocionan en ver el final y agradecen el cambio y la escucha por parte de todos los participantes.
«No me había planteado el enfoque social en mi carrera. Esta experiencia lo ha cambiado todo»
«El diseño puede dar voz a quien de otra manera no la tiene»