Se le llama ictus a las consecuencias que provoca la interrupción del flujo sanguíneo al cerebro o la ruptura de una de las venas o arterias cerebrales. A pesar de la rehabilitación, la mayoría de los supervivientes de un ictus no tienen una recuperación completa de la movilidad. Proponemos generar debate sobre la moda inclusiva diseñando una colección de ropa para estas personas que se han visto obligadas a reaprender y readaptarse en su día a día en una acción tan cotidiana como vestirse. Desde la Associació per a Superar l’Ictus Barcelona se trabaja para mejorar la calidad de vida de las personas que han sufrido la enfermedad a través de un asesoramiento colectivo y familiar.
«El diseño debería adaptarse a las personas,
– Glòria Bou, superviviente a un ictus
no nosotras al diseño»
Las estudiantes de diseño de moda de la escuela de diseño LCI Barcelona, cocrean juntamente con este colectivo a fin de fomentar su autonomía e independencia en el momento de vestirse. El proyecto está tutorizado por Sonia Carrasco, diseñadora con marca propia de moda sostenible y docente en LCI de la optativa Estrategias de Eco-Diseño; y Bárbara Garballo, diseñadora especializada en corsetería y alta costura, y docente en LCI de Patronaje, Corte y Montaje y la optativa de corsetería.
El conjunto de piezas desarrolladas durante este tiempo es el resultado de compartir experiencias, recuerdos y necesidades dialogadas entre diseñadores y usuarios. Estas piezas exigían ser útiles, pero también estéticas, hecho que les ha animado a formar parte del proceso, rompiendo la diferencia entre utilidad y estética. Las estudiantes se han visto con el reto de hacer piezas a mano, no solo con diversas tallas, sino también con asimetría. La complementación de opiniones ha sido el punto fuerte del proyecto, ya que el conocimiento experiencial de unos y otros ha puesto el punto de mira en detalles desconocidos en la mirada ajena. El resultado final se ha presentado a través de una sesión fotográfica protagonizada por las supervivientes a un ictus, poniendo también el acento en los cuerpos no-normativos que tan ignorados son en el mundo de la moda convencional.
El total de piezas presentadas son nueve; divididas en dos colecciones de estilos diferentes. La estética de una de las colecciones implicaba la participación activa de todas las componentes, pintando con pisadas, pinceles y con los dedos en tejidos que después se patronarian para confeccionar las piezas finales. En la otra colección, lo que más destaca es la unión de tejidos y estampados que significan la belleza en la diferencia.
«Hay dos visiones: puedes hacer un pantalón y luego adaptarlo, o directamente hacer un pantalón que se adapte»
«Aplicaré esta experiencia a mi carrera, supone un cambio de perspectiva»